Las órdenes que damos a nuestros hijos a veces son fáciles de cumplir, pero otras veces encontramos muchas reticencias por parte de los niños, ya sea porque no las entienden o porque no quieren acatarlas. Se puede conseguir convencer a nuestros hijos mediante razonamientos lógicos o sensatos, pero todos los padres sabemos que en ocasiones tenemos que hacer uso de nuestra autoridad, y saber cómo dar órdenes nos ayudará a ejercer esta autoridad de manera positiva y beneficiosa para nuestro hijo.
- Asegúrate de lo que quieres transmitirle y usa una sola instrucción. En ocasiones una situación puede ser muy clara para nosotros, pero no tanto para nuestros hijos.
- Se debe ser claro y formular la orden enunciando, no en forma de pregunta. Esto último le da la opción al niño a negarse a obedecer.
- Es útil comprobar si el niño nos ha entendido, así que repetimos el mensaje, asegurándonos de que nos atiende.
- Podemos hacer con ellos lo que hemos pedido (sobre todo cuando son más pequeños). Procuremos facilitarles la tarea, buscando el mejor momento. Y no iniciar ninguna otra actividad hasta que no se haya cumplido la orden.
- No olvidar nunca reforzar positivamente siempre y cada vez que nos haga caso.
Aunque se haya numerado este consejo con el nº cinco no significa por ello que ocupe el último lugar en importancia. Muy al contrario, estar pendientes de los comportamientos positivos de nuestros hijos y ser constantes a la hora de reforzarlos reduce muchas situaciones problemáticas.
Se ha resaltado que si queremos que nos obedezcan tenemos que asegurarnos de que nos atienden. De igual manera debemos constatar que nuestro refuerzo ha sido captado por nuestro hijo. No necesitamos nada material: una caricia, un beso, un comentario positivo sobre lo que ha hecho…. son suficientes.
Finalmente, no debemos olvidar que mantener la calma y el control es el consejo de todos los consejos.
