Establecer normas y límites en casa es muy importante para nuestros hijos; esto le ayudará a saber qué cosas están permitidas y cuáles están prohibidas, lo que se traducirá en una mejor adaptación a su entorno sociocultural y en que consiga relacionarse mejor con los demás. Para ello los padres deberán cumplir unas pautas que pasamos a ver a continuación.
Explicar el porqué de las normas y límites:
A partir del primer año, el niño empieza a entender la palabra no, por lo que a partir de esa edad ya podemos ir empezando a ponerle límites; hay que tener en cuenta que al principio el niño no entenderá cuáles son las razones o motivos que hay detrás de una norma por lo que las verán como algo impuesto; debemos ser muy claros y concisos a la hora de establecer normas a esas edades, explicándole conforme vaya creciendo, el “porqué” de las normas y límites y los motivos por los que debe obedecer.
Establecer una buena comunicación:
Es muy importante establecer un diálogo adecuado con nuestro hijo, para ello es conveniente saber escuchar de manera activa a nuestros hijos, dejándoles hablar, sin interrumpirles y mostrándoles comprensión. A la hora de establecer los límites debemos ser muy claros y concretos, hablar con calma, sin gritar, y explicarles adecuadamente cuáles serán las consecuencias en caso de que no cumplan las normas y también en el caso de que sí que las cumplan.
Firmeza y consenso en el cumplimiento:
A la hora de establecer las normas, ambos progenitores deberían ponerse de acuerdo; un error habitual consiste en que uno de los padres permite hacer una cosa al hijo y el otro se la prohíbe. Otro error consiste en prohibir algo en unas circunstancias y permitirlo en otras; por todo esto es importante mostrar firmeza a la hora de poner unas normas, si no lo hacemos, provocaremos que el niño se resista a cumplirlas.
Estilo educativo:
Existen cuatro estilos educativos, el autoritario, el negligente, el permisivo y el responsable o democrático; Este último se considera el más adecuado, y se caracteriza por ser un estilo en el que los padres combinan las muestras de afecto con la exigencia y el control del hijo, estableciéndose las normas y límites de común acuerdo y produciéndose una relación de respeto mutuo y cooperación entre ellos. Este estilo educativo proporciona al niño una mejora de sus competencias sociales y una mayor autonomía, autocontrol y autoestima.
No delegar:
Es aconsejable no dejar la educación del niño totalmente en manos de la escuela, de los amigos, de la televisión o de otros medios de comunicación. Los padres deben ser los principales responsables de la educación de sus hijos a la hora de imponer normas y límites.
Así pues, para conseguir nuestro objetivo tendremos que establecer una buena comunicación con nuestros hijos, explicándoles el porqué de las normas y límites; siendo firmes en su aplicación, mostrando un estilo paterno democrático y no delegando totalmente su educación.
