RECONOZCO MIS ERRORES

RECONOZCO MIS ERRORES

Todos sabemos que reconocer nuestros errores no es tarea fácil, es más, se considera algo propio de valientes. Y más cuando esos errores se dan en el ámbito de la educación. Nada ni nadie somos infalibles, por lo que algo que nos honra es reconocer cuándo nos equivocamos. Si no es así no podremos mejorar y solucionar esos fallos.

A través de mi experiencia profesional y personal he recogido testimonios anónimos de muchas personas del mundo de la educación. Me parece interesante compartir los errores que estas personas han reconocido en algún momento de su trayectoria profesional.

Los errores que más educadores han reconocido son:

1.- “He programado una fecha de examen y ante la demanda de varios alumnos he aplazado la mencionada fecha”. Reconozco  que me equivoqué porque lo que he conseguido es castigar a los que se habían preparado la asignatura y premiar al resto, que al final tampoco estudian.

2.- “No he querido ponerle un 10 a un alumno que tenía un 9,6 y apruebo a uno que tenía un 3,5 sin pedir nada a cambio, justificándome en que no podrá alcanzar nunca ese 5”. Reconozco que esta decisión tampoco motivó al alumno a luchar por el cinco y desmotivó al del nueve a luchar por la excelencia.

3.- “He cometido el error de comentar despectivamente la ejecución de un alumno con la idea de que la ofensa le haga reaccionar”. Me he dado cuenta de que la ofensa crea rechazo y vergüenza. Reconozco que a veces mi comentario ocurre como reacción a mi estado de ánimo.

4.- “No  he dado mucha importancia a la fecha de entrega de los trabajos de mis alumnos, pensando que así soy más flexible”. Reconozco que con eso lo que he conseguido es castigar al que cumple y premiar al incumplidor, además de sentar precedentes para que no respeten las fechas de entrega.

5.-“He modificado el contenido programado de mis clases, cuando faltan muchos alumnos, pensando que así los que faltan no pierden el ritmo”. Reconozco que tal vez esto hace que pierda importancia la asistencia a las clases.

6.- “En ocasiones no he querido ver al que hace trampa en un examen o no he aplicado ninguna sanción si lo he pillado”. Reconozco que hubiera tenido que ser más exigente porque el alumno no ha modificado su comportamiento.

7.- “He utilizado demasiadas veces “eres….” en lugar de describir el comportamiento concreto”. Reconozco que las etiquetas entorpecen la comunicación y no responden a la realidad.

8.- “No me anoto lo que digo”. Reconozco que esto me hace parecer incoherente.

9.- “Me cuesta mantener un modelo de coherencia fuera del ámbito profesional”. Reconozco que los que trabajamos con niños debemos proyectar un modelo humano dentro y fuera del trabajo.

10.- “No siempre he procurado dar visibilidad al esfuerzo y a la excelencia, cuando estos modelos son tanto o más potentes que los de no esfuerzo y mediocridad”.

“Y…. lo que más lamento es que mis alumnos son muy conscientes de mis errores”.

Todos cometemos errores y todos podemos aprender de los errores que somos capaces de reconocer. Así que por grande que sea el error, mayor será el empeño en mejorar nuestro trabajo.

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