LA MULTIPLICACIÓN, ¿POR QUÉ FALLO?

LA MULTIPLICACIÓN, ¿POR QUÉ FALLO?

Las dificultades de los niños para aprender a multiplicar es una de las preocupaciones más habituales para los docentes y las familias de estudiantes de Primaria. Aprender la multiplicación puede ser un proceso costoso.

Los cinco motivos claves para explicar estas dificultades de los alumnos con la multiplicación son:

  1. LOS CONOCIMIENTOS MATEMÁTICOS PREVIOS SON DÉBILES.

Las matemáticas son una jerarquía, es decir, para aprender algo nuevo, hemos de saber los conocimientos previos.

A muchos niños se les comienza a enseñar la multiplicación cuando aún no han interiorizado conceptos anteriores como la noción de cantidad, la ordenación de los números o la suma como forma de cálculo mental sobre el que puedan apoyar las primeras nociones de multiplicación.

Si a un niño que presenta dificultades en la comprensión de un concepto en lugar de trabajar más ese concepto, le explicamos otro, aumentaremos su dificultad.

  1. LA MULTIPLICACIÓN ESTÁ DESCONTEXTUALIZADA.

En muchas ocasiones “se enseña a multiplicar” comenzando por las tablas de multiplicar. ¡Como si no se pudieran resolver problemas de multiplicación sin conocerlas! Es mejor proponer problemas de la vida diaria donde aplicar las tablas.

  1. LOS RECURSOS QUE SE LES PRESENTAN PARA APRENDER SON SIEMPRE IGUALES

La dicotomía problemas de multiplicar + tablas de multiplicar por escrito es poco atractiva para los niños que tienen dificultades y poco productiva para el resto, independientemente de sus resultados.

Para mantener el interés y la motivación y llegar a más niños es necesario tener recursos diferentes.

  1. EL RITMO NO ES EL ADECUADO AL ESTUDIANTE

Todos admitimos que las personas tenemos diferentes capacidades, intereses o habilidades. Deberíamos conocer las capacidades de cada alumno, descubrir sus intereses y respetar su ritmo de aprendizaje para ayudarles a llegar a su máximo desarrollo.

No se trata de llegar a ser campeón/a de nada, sino de disfrutar aprendiendo y mejorando.

¡No es posible ni deseable que todos aprendan de la misma manera ni al mismo tiempo!

  1. EL ESTUDIANTE ESTÁ PRESIONADO A  APRENDER

La infancia es la época de nuestra vida donde más influencia tienen las opiniones y expectativas de los demás. En especial la opinión (expresada o no) que maestros y padres tenemos de nuestros niños y niñas puede ser un trampolín en su desarrollo o un freno insalvable.

Para aprender, no solo se deben explicar conceptos, poner al alcance de los niños diferentes recursos y situaciones sino que también es básico crear un clima de confianza y de calma. Las prisas para aprender nunca fueran buenas. Expresiones como “Tenéis cinco minutos para hacer el problema 5”, “Para mañana hay que saberse las tablas del 6 y del 7” pueden ser contraproducentes.

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