Las dificultades de los niños para aprender a multiplicar es una de las preocupaciones más habituales para los docentes y las familias de estudiantes de Primaria. Aprender la multiplicación puede ser un proceso costoso.
Los cinco motivos claves para explicar estas dificultades de los alumnos con la multiplicación son:
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LOS CONOCIMIENTOS MATEMÁTICOS PREVIOS SON DÉBILES.
Las matemáticas son una jerarquía, es decir, para aprender algo nuevo, hemos de saber los conocimientos previos.
A muchos niños se les comienza a enseñar la multiplicación cuando aún no han interiorizado conceptos anteriores como la noción de cantidad, la ordenación de los números o la suma como forma de cálculo mental sobre el que puedan apoyar las primeras nociones de multiplicación.
Si a un niño que presenta dificultades en la comprensión de un concepto en lugar de trabajar más ese concepto, le explicamos otro, aumentaremos su dificultad.
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LA MULTIPLICACIÓN ESTÁ DESCONTEXTUALIZADA.
En muchas ocasiones “se enseña a multiplicar” comenzando por las tablas de multiplicar. ¡Como si no se pudieran resolver problemas de multiplicación sin conocerlas! Es mejor proponer problemas de la vida diaria donde aplicar las tablas.
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LOS RECURSOS QUE SE LES PRESENTAN PARA APRENDER SON SIEMPRE IGUALES
La dicotomía problemas de multiplicar + tablas de multiplicar por escrito es poco atractiva para los niños que tienen dificultades y poco productiva para el resto, independientemente de sus resultados.
Para mantener el interés y la motivación y llegar a más niños es necesario tener recursos diferentes.
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EL RITMO NO ES EL ADECUADO AL ESTUDIANTE
Todos admitimos que las personas tenemos diferentes capacidades, intereses o habilidades. Deberíamos conocer las capacidades de cada alumno, descubrir sus intereses y respetar su ritmo de aprendizaje para ayudarles a llegar a su máximo desarrollo.
No se trata de llegar a ser campeón/a de nada, sino de disfrutar aprendiendo y mejorando.
¡No es posible ni deseable que todos aprendan de la misma manera ni al mismo tiempo!
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EL ESTUDIANTE ESTÁ PRESIONADO A APRENDER
La infancia es la época de nuestra vida donde más influencia tienen las opiniones y expectativas de los demás. En especial la opinión (expresada o no) que maestros y padres tenemos de nuestros niños y niñas puede ser un trampolín en su desarrollo o un freno insalvable.
Para aprender, no solo se deben explicar conceptos, poner al alcance de los niños diferentes recursos y situaciones sino que también es básico crear un clima de confianza y de calma. Las prisas para aprender nunca fueran buenas. Expresiones como “Tenéis cinco minutos para hacer el problema 5”, “Para mañana hay que saberse las tablas del 6 y del 7” pueden ser contraproducentes.