La psicología escolar trata los trastornos que pueden afectar al aprendizaje como son algunas dificultades en ámbitos concretos del proceso de aprendizaje o el trastorno por déficit de atención.
Dentro de la psicología escolar se diagnostican como trastornos del aprendizaje “cuando el rendimiento de la persona en lectura, escritura y cálculo o expresión escrita es sustancialmente inferior al esperado por edad, escolarización y nivel de inteligencia, según indican pruebas normalizadas administradas individualmente” (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, DSM-IV-TR).
Los trastornos de aprendizaje pueden asociarse a una o varias de las situaciones siguientes:
- Baja autoestima.
- Desmoralización.
- Habilidades sociales deficientes.
- Abandono escolar.
- Dificultades de adaptación social.
También aparecen otros tipos de trastornos a los que se asocian los trastornos de aprendizaje:
- Trastorno disocial.
- Trastorno negativista desafiante.
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
- Trastorno depresivo.
- Retrasos del desarrollo del lenguaje.
- Trastornos del desarrollo de la coordinación.
La prevalencia (proporción de personas con el trastorno en la población general) se estima entre el 2 y el 10% dentro de la población general.
Trastorno de la lectura: dislexia:
La dislexia es un trastorno severo de lectura debido a una inmadurez o a una alteración neuropsicológica.
El rendimiento en lectura se sitúa sustancialmente por debajo de lo esperado dada la edad cronológica, su coeficiente de inteligencia y la escolaridad recibida. La dificultad, que no puede estar causada por un déficit sensorial, interfiere en el rendimiento académico o en actividades de la vida cotidiana que exigen habilidades para la lectura. Las dificultades se asocian frecuentemente a la expresión escrita y al cálculo.
Es difícil estimar la prevalencia del trastorno aislado pero parece que se sitúa alrededor del 4% de los niños en edad escolar, siendo diagnosticado raramente en la etapa preescolar. Así pues lo normal es que se manifieste claramente en los primeros cursos de educación primaria. Cuando el trastorno es severo suele permanecer en la edad adulta, aunque las intervenciones tempranas mitigan sus consecuencias en el rendimiento académico.
La lectura de un niño con este trastorno suele presentar varios de los siguientes elementos:
- Lectura lenta.
- Repetición de sílabas o palabras en una frase.
- Sustitución de sílabas dentro de la palabra.
- Sustitución de las vocales en las palabras.
- Repetición de sílabas dentro de la palabra.
- Dificultad en la lectura de los conectores: preposiciones, conjunciones, determinantes, etc.
- Inversión de sílabas dentro de la palabra.
- Subvocalizaciones: lectura en susurro.
- Escasa comprensión de las oraciones y textos.
- Muchos de estos elementos aparecen también en la escritura.
Trastorno de la expresión escrita: disgrafía o disortografía:
La característica principal de este trastorno es la presencia de la habilidad para la escritura sustancialmente por debajo de lo esperado por edad, escolarización y nivel intelectual, en ausencia de déficits sensoriales, neurológicos o problemas médicos.
Los niños con este trastorno suelen presentar varias de estas características:
- Gran dificultad para componer textos escritos.
- Errores gramaticales o de puntuación en la elaboración de las frases.
- Organización pobre de los párrafos.
- Errores múltiples de ortografía.
- Grafía excesivamente deficitaria.
Es difícil encontrar este trastorno aislado, con frecuencia está asociado a dificultades en la lectura y/o cálculo.
En cuanto a su diagnóstico, es habitual que se ponga de manifiesto durante el segundo curso.
Existe mucha dificultad para establecer la prevalencia de este trastorno debido a que prácticamente va siempre asociado a otros trastornos de aprendizaje.
Trastorno del cálculo:
La característica esencial del trastorno del cálculo es que la capacidad aritmética se sitúa sustancialmente por debajo de la esperada en niños de edad cronológica, coeficiente de inteligencia y escolaridad acordes con la edad cronológica. Éste, al interferir en el rendimiento académico, puede afectar a diferentes habilidades incluidas las lingüísticas. Su diagnóstico como trastorno aislado es infrecuente ya que los niños que lo sufren poseen además otras dificultades de aprendizaje asociadas.
En cuanto a la prevalencia, se supone que alrededor de un 1% de los niños en edad escolar sufre un trastorno de cálculo.
CEAP: Intervención en dificultades de aprendizaje.
El modelo de intervención que CEAP ha adoptado para tratar las dificultades de aprendizaje se basa en los siguientes aspectos:
- Diagnóstico.
- Análisis del contexto de intervención: escolar, familiar, apoyo individualizado.
- Elaboración del programa de intervención en función del diagnóstico y del análisis del contexto que rodea al niño.
El objetivo principal: reducir las dificultades favoreciendo la adaptación escolar y personal.
Dentro de la psicología escolar, otro de los grandes ámbitos de actuación es el conocido por sus siglas como TDAH. Es un trastorno caracterizado por:
- Comienzo precoz, es decir, se pone de manifiesto ya en la infancia temprana.
- La combinación de un comportamiento hiperactivo y escasamente modulado. Son niños muy movidos y con falta de autocontrol.
- Acusada falta de atención y continuidad en las tareas.
- Se presenta en múltiples situaciones.
- Persiste a lo largo del tiempo.
Algunos indicadores del déficit de atención:
- No lograr fijar la atención en los detalles.
- Dificultad para sostener la atención en tareas u otras actividades.
- No prestar atención cuando se le habla.
- No seguir las instrucciones de principio a fin.
- Perder las cosas.
- Dificultad para organizarse.
- Evitar tareas que requieren esfuerzo mental.
- Distraerse fácilmente.
- Ser olvidadizo.
Algunos indicadores de hiperactividad-impulsividad:
- Menear manos y pies o moverse constantemente en el asiento.
- Dificultad para mantenerse sentado.
- Trepar o corretear excesivamente.
- Dificultad para jugar tranquilamente.
- Estar en continuo movimiento o como si lo moviera un motor.
- Hablar en exceso.
- Contestar abruptamente.
- Dificultad para esperar su turno.
- Interrumpir a los demás.
Otros aspectos presentes en los niños con TDAH.
- Dificultad para actuar conforme a las reglas.
- Comportamiento irregular que puede ir desde la excelencia hasta el descuido más absoluto.
- Dificultad para encontrar motivación de forma que le impide asimilar las consecuencias positivas o negativas de su conducta.
- Escasa persistencia.
¿Por qué les ocurre esto?¿Qué está mal?
La característica principal de estos niños es la gran dificultad para controlar los impulsos, los deseos de hacer algo. Esta dificultad en la inhibición de los impulsos impide que diversos procesos psicológicos relevantes, llamados funciones ejecutivas, puedan operar eficientemente.
Las funciones ejecutivas son actividades mentales complejas encargadas de panificar, organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el comportamiento dirigido a alcanzar una meta.
La prevalencia del trastorno por déficit de atención con hiperactividad se ha estimado en un 3-7% de los niños en edad escolar.
Habitualmente este trastorno se diagnostica por primera vez en los años de enseñanza primaria, cuando resulta afectada la adaptación escolar.
Es muy importante tener en cuenta que este trastorno tiene carácter crónico. El tratamiento no elimina el problema pero puede disminuir sustancialmente la sintomatología.
La intervención más eficaz debe tener en cuenta tres dimensiones:
Farmacológica: el tratamiento farmacológico debe ser valorado por el especialista. Actualmente existen estos tipos:
- Estimulantes. El más utilizado es el metilfenidato, en nuestro pais se conoce con el nombre comercial de Rubifen, Concerta y Medikinet.
- Antidepresivos. Los más utilizados para el tratamiento del TDAH son la Imipramina, Disipramina y Clomipramina. La eficacia es menor.
- Antipsicóticos: se utilizan cuando aparecen trastornos asociados. El más utilizado es el Haloperidol y el Risperdal.
- Fármacos de nueva generación: Atomoxetina (Strattera), puede ser una buena alternativa al metilfenidato.
Clínica: el tratamiento clínico incluye técnicas conductuales y cognitivas cuyo objetivo principal es reducir la impulsividad y aumentar el autocontrol.
Psicopedagógica: el tratamiento psicopedagógico debe tener como objetivo mejorar el rendimiento en aquellas áreas que se ven más influenciadas por el trastorno. Hay que tener en cuenta que la atención es una habilidad básica en cualquier aprendizaje.
¿Cómo trabajamos en CEAP este trastorno?
- Diagnóstico inicial.
- Elaboración de un plan de trabajo que incluya la intervención individualizada con el niño, la intervención con la familia y la coordinación con otros profesionales como maestros, orientadores escolares o psiquiatras.
¿Quieres más información?
Aquí tienes un enlace a la Asociación aragonesa de psicopedagogía.